
2015 Restauración de la pesqueira "Bucheira" del río Miño en Salvaterra de Miño, s.XIV
Las pesqueiras del Miño son construcciones de grandes sillares de piedra que se adentran en el río, y que tienen su origen durante la colonización romana, con objeto de pescar lampreas, salmón, sable y otras especies del río al remontarlo, debido a su estratégica situación, estando formados por un muro de piedra o varios que rondan los dos/tres metros de espesor denominados “poios” o “pescos”. Estas pesqueiras se localizan durante 30 km de curso fluvial desde Salvaterra a Crecente, tanto de la orilla española como de la portuguesa, llegando a tener 700 de las apenas 300 que se conservan en la actualidad.
Las pesqueiras de las zonas más altas son las que presentan varios pescos paralelos con longitudes más cortas y espesores más anchos adentrándose en el agua en diagonal, y separándose entre sí corredores de aproximadamente un metro denominados “caneiros” o “calles”. Sus construcciones se realizaron con grandes sillares y mampuestos de granito colocados a hueso sin utilización de cemento para su sujeción.
Las pesqueiras de Salvaterra son generalmente de un solo pesco perpendicular al muro, con una longitud que oscila entre los 20 m levantándose 6 m desde el fondo, generalmente sobre una roca. Su construcción también se realiza en mampostería concertada en seco, con grandes sillares entrelazándose sin más unión que las propias piedras, algo menores con respecto a las de las zonas más altas. Las fuertes crecidas provocadas por la creación de embalses como el de Frieira, hizo que muchas de las pesqueiras fuera de uso hayan hoy día desaparecido, y otras en activo tuvieran que ser reforzadas utilizando grapas de acero, e incluso otras veces hormigón.
La pesqueira Bucheira tiene una longitud de 28 metros y presenta la peculiaridad de estar constituida por dos pescos separados por un caneiro, estando constituida por un cuerpo rectangular, que parte de la margen rocosa y avanza ligeramente oblicuas hacia el medio del rio. Este tipo de pesqueira suele denominarse de Cabaceira, está implantada en una zona ancha del río, donde apenas ejercen influencia en las direcciones de las corrientes más lejos de las orillas, no constituyendo por lo tanto obstáculo para el paso de embarcaciones, y no influyendo en la navegabilidad del río. Está situada en una zona profunda en el frente, formando remansos próximos con su avance en el río.
Estas construcciones están realizadas como un muro de dos hojas con relleno de tierra batida en el interior, alcanzando los tres metros en la base. El aparejo de los paramentos o paños del muro es irregular y se compone de bloques de piedra racheada, de dimensiones variable, colocados unos sobre los otros, sin argamasa alguna y sin trabamiento interior excepto por su propia disposición. Se dispone en su parte superior de un marco moderno realizado con varillas de hierro, utilizado para el enganche de las redes cabaceira.

2015 Restauración de la pesqueira "Bucheira" del río Miño en Salvaterra de Miño, s.XIV

2015 Restauración de la pesqueira "Maximina" del río Miño en Salvaterra de Miño, s.XIV
Las pesqueiras del Miño son construcciones de grandes sillares de piedra que se adentran en el río, y que tienen su origen durante la colonización romana, con objeto de pescar lampreas, salmón, sable y otras especies del río al remontarlo, debido a su estratégica situación, estando formados por un muro de piedra o varios que rondan los dos/tres metros de espesor denominados “poios” o “pescos”. Estas pesqueiras se localizan durante 30 km de curso fluvial desde Salvaterra a Crecente, tanto de la orilla española como de la portuguesa, llegando a tener 700 de las apenas 300 que se conservan en la actualidad.
Las pesqueiras de las zonas más altas son las que presentan varios pescos paralelos con longitudes más cortas y espesores más anchos adentrándose en el agua en diagonal, y separándose entre sí corredores de aproximadamente un metro denominados “caneiros” o “calles”. Sus construcciones se realizaron con grandes sillares y mampuestos de granito colocados a hueso sin utilización de cemento para su sujeción.
Las pesqueiras de Salvaterra son generalmente de un solo pesco perpendicular al muro, con una longitud que oscila entre los 20 m levantándose 6 m desde el fondo, generalmente sobre una roca. Su construcción también se realiza en mampostería concertada en seco, con grandes sillares entrelazándose sin más unión que las propias piedras, algo menores con respecto a las de las zonas más altas. Las fuertes crecidas provocadas por la creación de embalses como el de Frieira, hizo que muchas de las pesqueiras fuera de uso hayan hoy día desaparecido, y otras en activo tuvieran que ser reforzadas utilizando grapas de acero, e incluso otras veces hormigón.
La pesqueira Maximina tiene una longitud de 20 metros y está constituida por un único tramo, estando constituida por un cuerpo rectangular, que parte de la margen rocosa y avanza ligeramente oblicuas hacia el medio del rio. Este tipo de pesqueira suele denominarse de Cabaceira, está implantada en una zona ancha del río, donde apenas ejercen influencia en las direcciones de las corrientes más lejos de las orillas, no constituyendo por lo tanto obstáculo para el paso de embarcaciones, y no influyendo en la navegabilidad del río. Está situada en una zona profunda en el frente, formando remansos próximos con su avance en el río.
Estas construcciones están realizadas como un muro de dos hojas con relleno de tierra batida en el interior, alcanzando los tres metros en la base. El aparejo de los paramentos o paños del muro es irregular y se compone de bloques de piedra racheada, de dimensiones variable, colocados unos sobre los otros, sin argamasa alguna y sin trabamiento interior excepto por su propia disposición. Se dispone en su parte superior de un marco moderno realizado con varillas de hierro, utilizado para el enganche de las redes cabaceira.

2015 Restauración de la pesqueira "Maximina" del río Miño en Salvaterra de Miño, s.XIV

2015 Restauración de la pesqueira "Mon" del río Miño en Salvaterra de Miño, s.XIV
Las pesqueiras del Miño son construcciones de grandes sillares de piedra que se adentran en el río, y que tienen su origen durante la colonización romana, con objeto de pescar lampreas, salmón, sable y otras especies del río al remontarlo, debido a su estratégica situación, estando formados por un muro de piedra o varios que rondan los dos/tres metros de espesor denominados “poios” o “pescos”. Estas pesqueiras se localizan durante 30 km de curso fluvial desde Salvaterra a Crecente, tanto de la orilla española como de la portuguesa, llegando a tener 700 de las apenas 300 que se conservan en la actualidad.
Las pesqueiras de las zonas más altas son las que presentan varios pescos paralelos con longitudes más cortas y espesores más anchos adentrándose en el agua en diagonal, y separándose entre sí corredores de aproximadamente un metro denominados “caneiros” o “calles”. Sus construcciones se realizaron con grandes sillares y mampuestos de granito colocados a hueso sin utilización de cemento para su sujeción.
Las pesqueiras de Salvaterra son generalmente de un solo pesco perpendicular al muro, con una longitud que oscila entre los 20 m levantándose 6 m desde el fondo, generalmente sobre una roca. Su construcción también se realiza en mampostería concertada en seco, con grandes sillares entrelazándose sin más unión que las propias piedras, algo menores con respecto a las de las zonas más altas. Las fuertes crecidas provocadas por la creación de embalses como el de Frieira, hizo que muchas de las pesqueiras fuera de uso hayan hoy día desaparecido, y otras en activo tuvieran que ser reforzadas utilizando grapas de acero, e incluso otras veces hormigón.
La pesqueira Mon tiene una longitud de 28 metros y está constituida por un único tramo, estando constituida por un cuerpo rectangular, que parte de la margen rocosa y avanza ligeramente oblicuas hacia el medio del rio. Este tipo de pesqueira suele denominarse de Cabaceira, está implantada en una zona ancha del río, donde apenas ejercen influencia en las direcciones de las corrientes más lejos de las orillas, no constituyendo por lo tanto obstáculo para el paso de embarcaciones, y no influyendo en la navegabilidad del río. Está situada en una zona profunda en el frente, formando remansos próximos con su avance en el río.
Estas construcciones están realizadas como un muro de dos hojas con relleno de tierra batida en el interior, alcanzando los tres metros en la base. El aparejo de los paramentos o paños del muro es irregular y se compone de bloques de piedra racheada, de dimensiones variable, colocados unos sobre los otros, sin argamasa alguna y sin trabamiento interior excepto por su propia disposición. Se dispone en su parte superior de un marco moderno realizado con varillas de hierro, utilizado para el enganche de las redes cabaceira..

2010 Recuperación de la muralla sur-este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2010 se recupera la muralla interior localizada entre las Cuevas de doña Urraca y la Casa del Conde, la cual había sido sustituida en época reciente por un muro de pequeña mampostería para la contención de tierras de relleno en su trasdós, devolviéndole su entidad inicial. Igualmente se recuperan los niveles de uso interior, que delimitaban distintos barracones adosados a la muralla.

2010 Recuperación de la muralla sur-este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2010 se recupera la muralla interior localizada entre las Cuevas de doña Urraca y la Casa del Conde, la cual había sido sustituida en época reciente por un muro de pequeña mampostería para la contención de tierras de relleno en su trasdós, devolviéndole su entidad inicial. Igualmente se recuperan los niveles de uso interior, que delimitaban distintos barracones adosados a la muralla.

2010 Recuperación de la muralla sur-este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2010 se recupera la muralla interior localizada entre las Cuevas de doña Urraca y la Casa del Conde, la cual había sido sustituida en época reciente por un muro de pequeña mampostería para la contención de tierras de relleno en su trasdós, devolviéndole su entidad inicial. Igualmente se recuperan los niveles de uso interior, que delimitaban distintos barracones adosados a la muralla.

2010 Recuperación de la muralla sur-este del Castillo de Salvaterra de Miño y niveles de uso, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2010 se recupera la muralla interior localizada entre las Cuevas de doña Urraca y la Casa del Conde, la cual había sido sustituida en época reciente por un muro de pequeña mampostería para la contención de tierras de relleno en su trasdós, devolviéndole su entidad inicial. Igualmente se recuperan los niveles de uso interior, que delimitaban distintos barracones adosados a la muralla.

2007 Puesta en valor de trazas de cimentaciones preexistentes en el entorno de la iglesia del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XIV

2007 Recuperación y puesta en valor de las trazas de la torre del caballero en el Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
El caballero fue una construcción coetánea con las defensas del siglo XVII y de función claramente militar como evolución de la medieval “torre del homenaje”. Esta torre defensiva tenía planta rectangular de dimensiones exteriores de 13,00 x 16,50 con muros que alcanzaban los 3,50m de espesor, sus lienzos eran de mampuestos de piedra reforzando las esquinas con sillares labrados con una altura aproximada de 10,50m desde la plaza de armas y de 7,50m en su parte posterior. Este cuerpo rectangular se coronaba con una imposta de media caña, sobre la cual se levantaba un pretil en piedra y una garita cuadrada en esquina de protección para vigilancia de los soldados. La torre fue demolida en la 1ª mitad del siglo XX debido a su mal estado de conservación.
El análisis de la cartografía histórica ( planos del recinto de Fernando Gaver de 1790 y planos del caballero del archivo histórico militar) explican gráficamente que una de las funciones del caballero era la contención de tierras de dos niveles diferenciados, el de la plaza de armas (inferior) y la posterior del caballero (probablemente a nivel de adarve perimetral). Se conexionan estas 2 plataformas por medio de una rampa en la cara sur del caballero (enfrentada con la iglesia).

2007 Recuperación del baluarte de la iglesia del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
El baluarte de la iglesia recibe el nombre por su proximidad a la iglesia de San Lorenzo de Salvaterra, siendo levantado conjuntamente con la ronda perimetral de las murallas del s. XVII por las tropas lusas. Hay que señalar que una pequeña garita recuperada en la ronda inferior pudo haber pertenecido a este baluarte superior originariamente. El perímetro exterior de esta construcción mantiene el recorrido del adarve, y su realización debió suponer el desmantelamiento de una torre cuadrada de época anterior adosada a la iglesia de aproximadamente 8,00 x 8,00m. Se ha puesto en valor la traza de la cimentación de la torre hallada, la cual puede datarse de entre los s. XIII al XV, así como volver a recuperar el nivel de uso inferior del interior de la construcción desaparecida, dotándola con nueva pavimentación.

2007 Recuperación de pavimento de cenotafio y lápida fechada en el s. XVI en el entorno de la iglesia de Salvaterra de Miño
Situada en la zona noreste de la iglesia de San Lorenzo de Salvaterra, se ha encontrado enterrado un enlosado pétreo labrado formando un recinto rectangular de aproximadamente 8,00 x 5,00m, y con una losa tallada a modo de lápida, anexo a otras estructuras. Su origen no parece claro, interpretándose desde un patio cubierto de entrada a una posible torre posterior, un resto de fortificación anterior a la existente, o restos de una edificación anexa anterior a la iglesia actual.
La talla de la lápida dibuja un escudo de armas de la familia Enríquez Monroy con unas fechas en números romanos donde parece interpretarse un fallecimiento en 1515, y una inscripción circundante que pone: “AQUÍ YACE LA CONDESA DOÑA INES ENRIQUEZ A LA QUAL SU MALVADO HIJO DON PEDRO MANDA DAR MUERTE”, señalar que durante la reciente restauración del solado del recinto no han aparecido evidencias de la existencia de restos humanos bajo la lápida, pero esta deja claro la referencia a Inés Enríquez de Monroy y a su hijo Pedro Álvarez de Sotomayor (nieto de Pedro Madruga) el parricida, por lo que puede que se procediera a la exhumación de sus restos previo a la reforma de las defensas en el s. XVII, o bien que la losa fuera simbólica con intención de dar recuerdo a tal horrible suceso.

2007 Recuperación del adarve este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII

2007 Recuperación del adarve este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII

2007 Recuperación del adarve este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII

2005 Recuperación de la muralla nor-este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2005 se recupera la tramo de la muralla norte derruida a comienzos del s. XX para la creación del vial de acceso a la fortaleza, así como para el aprovechamiento de los mampuestos en otras construcciones y adose de edificios de viviendas.

2005 Recuperación de la muralla nor-este del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XVII
Al igual que otras ciudades fronterizas con Portugal, la silueta que caracteriza a la villa es la generada por la fortificación renacentista que se conserva. Será la ocupación en 1643 de los portugueses la que transforme las defensas de la ciudad, rehaciéndose de nuevo las murallas con la aportación de las piedras de las edificaciones derruidas, presentando el aspecto que se conserva en la actualidad. Se cree que estas defensas fueron obra del francés Lessar. La traza de la muralla, revela su naturaleza renacentista, con la existencia de baluartes de defensa en esquinas, protegiéndose con su diseño de ataques externos. Esta muralla se realiza delimitando una loma natural de terreno de aluvión a orillas del río Miño, creada por las crecidas propias de temporada. De esta forma, por su cara sur, frente a Portugal, linda con el Miño en terreno muy accidentado donde aflora el sustrato granítico propio, alternando con terreno de aluvión de cantos rodados, alcanzando en verano una altura desde el nivel del río hasta algunas partes del pie de la muralla de 20 metros, con una pendiente de 45º. Sus lienzos en el oeste y este, siendo los mejor conservados, rodean la loma de forma ascendente, llegando a una planicie por su lado norte, a nivel mas bajo que la rasante de la fortaleza. La muralla en este lado norte estuvo prácticamente desaparecida debido al crecimiento de la villa y al adosamiento de construcciones residenciales a ella, que junto a los rellenos realizados en los antiguos fosos y la apertura en para el nuevo acceso de la fortaleza, ha perdido su entidad primitiva, igualmente, el actual lienzo sur de la muralla donde se localiza la puerta de la Oliva, fue recuperado levantándose sobre la traza del s. XVII a mediados del s. XX.
La muralla alberga un recinto que asemeja la forma rectangular, de aproximadamente 70 por 170 metros, conserva en la actualidad cinco baluartes, el baluarte la barca (esquina sur-oeste mirando a Portugal), el baluarte del molino (esquina noroeste), el baluarte del pozo en medio del lado norte protegía su entrada primitiva, hoy desaparecida (llamado así por la existencia de un pozo de agua, ha perdido gran parte de las piedras de la muralla), el baluarte del caballero (pseudo baluarte, formaba parte de uno mayor desaparecido, su nombre lo recibe de la proximidad a una edificación militar “el caballero”, situado en la esquina noreste), por último el baluarte de la iglesia cerca de la iglesia renacentista de la fortaleza, está en el medio del lienzo este; otro baluarte, hoy desaparecido por la construcción sobre él de la llamada casa del Conde, asomaba la esquina sur-este.
La tipología de la muralla no es uniforme en su totalidad, tanto por las intervenciones sufridas en el tiempo, como por la orientación de los lienzos. Si bien el predominio de la mampostería ciclópea es el predominante por su lado sur, el empleo de sillería se utiliza más en otros lienzos y en la formación de esquinas y baluartes; de esta forma, la sillería que se supone en remates, pretiles y elementos defensivos hoy perdidos, es debido a su sustracción para aprovechamiento en otras edificaciones, quedándonos mejor conservados los paramentos de mampuestos.
En el año 2005 se recupera la tramo de la muralla norte derruida a comienzos del s. XX para la creación del vial de acceso a la fortaleza, así como para el aprovechamiento de los mampuestos en otras construcciones y adose de edificios de viviendas.

2004 Recuperación de la cubierta mirador de las Cuevas de doña Urraca del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XV
Se trata de una construcción de origen militar realizada a la par de las murallas originales del recinto en el siglo XV, y con marcado carácter defensivo, por lo que su forma la toma del trazado de las mismas. Consta de dos niveles de uso, estando la fachada del inferior actualmente enterrado por la zona norte, la cual contaba con salida al exterior a un pasadizo perimetral descubierto para la mejor evacuación de los soldados, y estando actualmente enterrado dicho nivel, manteniéndose el acceso principal de la edificación por la segunda planta; por la cara sur hacia el río Miño, mantiene su fachada totalmente descubierta, haciendo las veces de muralla.
Su planta es en forma de “L”, generada por dos cuerpos perpendiculares unidos, donde en la esquina interior común se desarrolla una escalera doble de caracol que une los distintos niveles y que permite el doble tránsito de los soldados, y en la esquina exterior se crea un gran mirador circular a forma de bastión de la muralla a nivel del piso superior, y dando lugar a un recinto cerrado en la planta inferior que coincide con una cisterna de agua. Los dos cuerpos de la edificación tienen interiormente 8,00 m. de ancho y una longitud de 28 y 24 m. los cuales se dividen a su vez en dos naves longitudinales cada una mediante una hilera central de columnas. El exterior de la edificación lo forman muros de piedra con una altura de 8,00 m. en la parte exterior, y de 4,00 por el interior del recinto. Si bien se tiene constancia de la existencia de un techado a cuatro aguas de la edificación en la reciente y última etapa militar, la laboriosa construcción de las bóvedas así como la escalera de doble sentido de piedra que sube por encima del segundo nivel, nos muestran la preexistencia de una azotea defensiva sobre la edificación ahora recuperada.
El sistema constructivo utilizado es por medio de bóvedas de crucería de ladrillo que descargan sobre muros exteriores de carga y pilares centrales circulares de piedra. Dichos muros perimetrales, presentan diferentes secciones debido en parte a su realización con desplome previo, recurso utilizado en los muros de las construcciones defensivas de gran espesor, como por diferente uso que se le destina; por ello, nos encontramos con espesores de hasta 2.70 m en la fachada sur, formando parte de la barrera defensiva, y de 1.10 en la fachadas interiores, con misión puramente portante. La constitución de los muros es la tradicional, componiéndose de dos hojas exteriores de sillería granítica, y relleno de barro y cascotes entre ambas; realizándose su trabazón por medio del rozamiento de sillares a tizón, no llegando a alcanzar la pared opuesta.

2003 Restauración bóvedas de las Cuevas de doña Urraca del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XV
Se trata de una construcción de origen militar realizada a la par de las murallas originales del recinto en el siglo XV, y con marcado carácter defensivo, por lo que su forma la toma del trazado de las mismas. Consta de dos niveles de uso, estando la fachada del inferior actualmente enterrado por la zona norte, la cual contaba con salida al exterior a un pasadizo perimetral descubierto para la mejor evacuación de los soldados, y estando actualmente enterrado dicho nivel, manteniéndose el acceso principal de la edificación por la segunda planta; por la cara sur hacia el río Miño, mantiene su fachada totalmente descubierta, haciendo las veces de muralla.
Su planta es en forma de “L”, generada por dos cuerpos perpendiculares unidos, donde en la esquina interior común se desarrolla una escalera doble de caracol que une los distintos niveles y que permite el doble tránsito de los soldados, y en la esquina exterior se crea un gran mirador circular a forma de bastión de la muralla a nivel del piso superior, y dando lugar a un recinto cerrado en la planta inferior que coincide con una cisterna de agua. Los dos cuerpos de la edificación tienen interiormente 8,00 m. de ancho y una longitud de 28 y 24 m. los cuales se dividen a su vez en dos naves longitudinales cada una mediante una hilera central de columnas. El exterior de la edificación lo forman muros de piedra con una altura de 8,00 m. en la parte exterior, y de 4,00 por el interior del recinto. Si bien se tiene constancia de la existencia de un techado a cuatro aguas de la edificación en la reciente y última etapa militar, la laboriosa construcción de las bóvedas así como la escalera de doble sentido de piedra que sube por encima del segundo nivel, nos muestran la preexistencia de una azotea defensiva sobre la edificación ahora recuperada.
El sistema constructivo utilizado es por medio de bóvedas de crucería de ladrillo que descargan sobre muros exteriores de carga y pilares centrales circulares de piedra. Dichos muros perimetrales, presentan diferentes secciones debido en parte a su realización con desplome previo, recurso utilizado en los muros de las construcciones defensivas de gran espesor, como por diferente uso que se le destina; por ello, nos encontramos con espesores de hasta 2.70 m en la fachada sur, formando parte de la barrera defensiva, y de 1.10 en la fachadas interiores, con misión puramente portante. La constitución de los muros es la tradicional, componiéndose de dos hojas exteriores de sillería granítica, y relleno de barro y cascotes entre ambas; realizándose su trabazón por medio del rozamiento de sillares a tizón, no llegando a alcanzar la pared opuesta.

2003 Restauración bóvedas de las Cuevas de doña Urraca del Castillo de Salvaterra de Miño, s.XV
Se trata de una construcción de origen militar realizada a la par de las murallas originales del recinto en el siglo XV, y con marcado carácter defensivo, por lo que su forma la toma del trazado de las mismas. Consta de dos niveles de uso, estando la fachada del inferior actualmente enterrado por la zona norte, la cual contaba con salida al exterior a un pasadizo perimetral descubierto para la mejor evacuación de los soldados, y estando actualmente enterrado dicho nivel, manteniéndose el acceso principal de la edificación por la segunda planta; por la cara sur hacia el río Miño, mantiene su fachada totalmente descubierta, haciendo las veces de muralla.
Su planta es en forma de “L”, generada por dos cuerpos perpendiculares unidos, donde en la esquina interior común se desarrolla una escalera doble de caracol que une los distintos niveles y que permite el doble tránsito de los soldados, y en la esquina exterior se crea un gran mirador circular a forma de bastión de la muralla a nivel del piso superior, y dando lugar a un recinto cerrado en la planta inferior que coincide con una cisterna de agua. Los dos cuerpos de la edificación tienen interiormente 8,00 m. de ancho y una longitud de 28 y 24 m. los cuales se dividen a su vez en dos naves longitudinales cada una mediante una hilera central de columnas. El exterior de la edificación lo forman muros de piedra con una altura de 8,00 m. en la parte exterior, y de 4,00 por el interior del recinto. Si bien se tiene constancia de la existencia de un techado a cuatro aguas de la edificación en la reciente y última etapa militar, la laboriosa construcción de las bóvedas así como la escalera de doble sentido de piedra que sube por encima del segundo nivel, nos muestran la preexistencia de una azotea defensiva sobre la edificación ahora recuperada.
El sistema constructivo utilizado es por medio de bóvedas de crucería de ladrillo que descargan sobre muros exteriores de carga y pilares centrales circulares de piedra. Dichos muros perimetrales, presentan diferentes secciones debido en parte a su realización con desplome previo, recurso utilizado en los muros de las construcciones defensivas de gran espesor, como por diferente uso que se le destina; por ello, nos encontramos con espesores de hasta 2.70 m en la fachada sur, formando parte de la barrera defensiva, y de 1.10 en la fachadas interiores, con misión puramente portante. La constitución de los muros es la tradicional, componiéndose de dos hojas exteriores de sillería granítica, y relleno de barro y cascotes entre ambas; realizándose su trabazón por medio del rozamiento de sillares a tizón, no llegando a alcanzar la pared opuesta.

2002 Restauración Ponte da Ramallosa s.XIII
Si bien la traza del puente es claramente medieval, es conveniente señalar la divulgada creencia de la existencia de un puente romano en la Ramallosa, debido al paso de una posible vía romana. Del actual puente, no tenemos constancia de la fecha de su construcción, pero la tradición a atribuido al obispo de Tui San Pedro Telmo, patrón de los navegantes, la dirección de sus obras en el siglo XIII. Pudiera ser también, obra posterior de finales de siglo XV, puesto que por estas fechas tuvo gran importancia el mercado de la parroquia de Sabarís, así como una prosperidad y pujanza en la zona debido al tráfico marítimo de Baiona, que provocó una mejora de las comunicaciones. De las referencias históricas al puente que poseemos, la más antigua se remonta a 1598, siendo ésta una solicitud de ayuda al rey para gastos de reparación. La última restauración realizada, data de 1926 por D. Julián Valverde.
El puente de la Ramallosa, también conocido por puente de San Pedro Telmo, se desarrolla con diez arcos, todos ellos en el cauce del río Miñor, acercándose la mayoría de ellos al medio punto, y con el resto en arquería ojival, teniendo luces distintas. Sobre las dovelas de los arcos aparecen los tímpanos en sillería, e inmediatamente superior, sobresalen del paramento una hilada de losas acostadas y desiguales en formación de la rasante de la calzada. Por encima de la rasante, se desarrolla un pretil formado por una hilera de sillares acostados. El puente tiene la rasante con doble pendiente, siendo su parte central más alta que el resto. Las pilas del puente son de sillería, realizándose a modo de tajamares a ambos lados y con forma triangular en toda su altura. Esto hace que se produzca unos ensanchamientos de la calzada sobre los pilares en forma de miradores. Tanto la anchura como el espesor de ellos, es bastante constante, y la anchura de la calzada entre pretiles es de 3,17 m. y 3,37 m. En uno de los tajamares centrales se encuentra un crucero, que tiene a sus pies la figura de San Pedro Telmo, sirviéndole de base un pequeño altar con una losa de piedra que tiene grabada una escena de ánimas con el fuego del Purgatorio.

2002 Restauración Ponte da Ramallosa s.XIII
Si bien la traza del puente es claramente medieval, es conveniente señalar la divulgada creencia de la existencia de un puente romano en la Ramallosa, debido al paso de una posible vía romana. Del actual puente, no tenemos constancia de la fecha de su construcción, pero la tradición a atribuido al obispo de Tui San Pedro Telmo, patrón de los navegantes, la dirección de sus obras en el siglo XIII. Pudiera ser también, obra posterior de finales de siglo XV, puesto que por estas fechas tuvo gran importancia el mercado de la parroquia de Sabarís, así como una prosperidad y pujanza en la zona debido al tráfico marítimo de Baiona, que provocó una mejora de las comunicaciones. De las referencias históricas al puente que poseemos, la más antigua se remonta a 1598, siendo ésta una solicitud de ayuda al rey para gastos de reparación. La última restauración realizada, data de 1926 por D. Julián Valverde.
El puente de la Ramallosa, también conocido por puente de San Pedro Telmo, se desarrolla con diez arcos, todos ellos en el cauce del río Miñor, acercándose la mayoría de ellos al medio punto, y con el resto en arquería ojival, teniendo luces distintas. Sobre las dovelas de los arcos aparecen los tímpanos en sillería, e inmediatamente superior, sobresalen del paramento una hilada de losas acostadas y desiguales en formación de la rasante de la calzada. Por encima de la rasante, se desarrolla un pretil formado por una hilera de sillares acostados. El puente tiene la rasante con doble pendiente, siendo su parte central más alta que el resto. Las pilas del puente son de sillería, realizándose a modo de tajamares a ambos lados y con forma triangular en toda su altura. Esto hace que se produzca unos ensanchamientos de la calzada sobre los pilares en forma de miradores. Tanto la anchura como el espesor de ellos, es bastante constante, y la anchura de la calzada entre pretiles es de 3,17 m. y 3,37 m. En uno de los tajamares centrales se encuentra un crucero, que tiene a sus pies la figura de San Pedro Telmo, sirviéndole de base un pequeño altar con una losa de piedra que tiene grabada una escena de ánimas con el fuego del Purgatorio.

2002 Restauración Ponte da Ramallosa s.XIII
Si bien la traza del puente es claramente medieval, es conveniente señalar la divulgada creencia de la existencia de un puente romano en la Ramallosa, debido al paso de una posible vía romana. Del actual puente, no tenemos constancia de la fecha de su construcción, pero la tradición a atribuido al obispo de Tui San Pedro Telmo, patrón de los navegantes, la dirección de sus obras en el siglo XIII. Pudiera ser también, obra posterior de finales de siglo XV, puesto que por estas fechas tuvo gran importancia el mercado de la parroquia de Sabarís, así como una prosperidad y pujanza en la zona debido al tráfico marítimo de Baiona, que provocó una mejora de las comunicaciones. De las referencias históricas al puente que poseemos, la más antigua se remonta a 1598, siendo ésta una solicitud de ayuda al rey para gastos de reparación. La última restauración realizada, data de 1926 por D. Julián Valverde.
El puente de la Ramallosa, también conocido por puente de San Pedro Telmo, se desarrolla con diez arcos, todos ellos en el cauce del río Miñor, acercándose la mayoría de ellos al medio punto, y con el resto en arquería ojival, teniendo luces distintas. Sobre las dovelas de los arcos aparecen los tímpanos en sillería, e inmediatamente superior, sobresalen del paramento una hilada de losas acostadas y desiguales en formación de la rasante de la calzada. Por encima de la rasante, se desarrolla un pretil formado por una hilera de sillares acostados. El puente tiene la rasante con doble pendiente, siendo su parte central más alta que el resto. Las pilas del puente son de sillería, realizándose a modo de tajamares a ambos lados y con forma triangular en toda su altura. Esto hace que se produzca unos ensanchamientos de la calzada sobre los pilares en forma de miradores. Tanto la anchura como el espesor de ellos, es bastante constante, y la anchura de la calzada entre pretiles es de 3,17 m. y 3,37 m. En uno de los tajamares centrales se encuentra un crucero, que tiene a sus pies la figura de San Pedro Telmo, sirviéndole de base un pequeño altar con una losa de piedra que tiene grabada una escena de ánimas con el fuego del Purgatorio.